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La lingüística en las clases de biología

 

La importancia del contenido teórico en las Ciencias Naturales en general y en la Biología y Geología en particular, está fuera de toda duda. No hay grandes cálculos matemáticos ni expresiones algebraicas que fundamenten las explicaciones. Por eso es importante que, durante las explicaciones, las dotemos de cierta lógica científica para que no sea una sucesión de términos y ejemplos sin más.

En el Colegio Nuestra Señora Santa María esto lo conseguimos con dos aspectos lingüísticos anclados en la tradición científica más clásica: la etimología y las analogías.

La etimología, según la RAE, es el  “origen de las palabras, razón de su existencia, de su significación y de su forma”. Los científicos somos hábiles pensadores, capaces de desarrollar experimentos que verifiquen nuestras hipótesis… pero tenemos muy poca imaginación para poner nombres. Casi siempre acabamos recurriendo a las raíces del lenguaje (latín y griego) para poner nombre a nuestros hallazgos y teorías, por lo tanto, es fácil que alguna de las bases etimológicas se repitan. Si conocemos “el origen de las palabras”, entender lo que significan los nuevos conceptos se convierte en algo mucho más sencillo.

Pongamos un ejemplo: la etimología nos dice que la citología es “el estudio de la célula”. Procede de Cito (Kytos) = célula y Logía = estudio, tratado. Según se avanza en los contenidos se estudian otros términos en los que interviene la raíz “Cito”, como citoplasma (el líquido de la célula), osteocitos (células del hueso) o endocitosis (se introduce en la célula). El uso de la misma raíz, una vez aprendida, ayuda al aprendizaje de nuevos términos.

Las analogías buscan relaciones entre conceptos o razonamientos. Al usarlas en clase intentamos simplificar teorías y procedimientos complejos o abstractos, acercándolos a aspectos más próximos a los alumnos. No se trata de poner ejemplos, y más teniendo en cuenta que por cada ejemplo suele existir una excepción. Se trata de relacionar los nuevos conceptos con otros que les son familiares.

Hay analogías sobre aspectos mundanos, como relacionar las proteínas que forman la cápsida de un virus (tristemente muy de moda últimamente) con los “parches” hexagonales y pentagonales de un balón de fútbol clásico. Pero las más interesantes son las analogías con teorías o conceptos que ya les hemos explicado (en cualquiera de las asignaturas). Estas, no sólo ayudan a que entiendan mejor el aspecto científico que queremos explicar, sino que sirven para reforzar el concepto anterior sobre el que basamos la comparación. Hay infinidad de analogías de este tipo a todos los niveles; comparar las relaciones dentro de un hormiguero con el sistema feudal, relacionar la obtención de energía por parte de las células con las reacciones químicas de combustión o, a un nivel mucho más alto, asociar la energía potencial gravitatoria con los potenciales electroquímicos que permiten el funcionamiento de las neuronas.

Aprender conceptos de manera aislada es la mejor manera para asegurar su olvido. Buscar relaciones, entender que todo tiene un sentido, no sólo hace que sea más sencillo aprender cosas nuevas, sino que permite que las clases sean más fluidas, dinámicas y, sobre todo, interesantes.

Pedro Criado (Dpto. de Ciencias Naturales). Colegio Nuestra Señora Santa María. Colegio privado de educación mixta personalizada desde los 2 años hasta la universidad. Zona Conde Orgaz y Arturo Soría. Ronda de Sobradiel, 80. 28043. Madrid.